El Gordo de "Ojo Caliente"
Después del accidente Crispurita le seguía doliendo el cuello, por lo que iba con la terapeuta todos los días para que la masajearan y la embadurnaran de pomadita relajante con olor a viejita.
Un día, pensaron que sería buena idea llevarme a las aguas termales de “ojo caliente” y de una vez divertirse en el balneario y los toboganes. Yo no tenía ganas de ir pero me insistieron tanto que accedí.
Llegamos al lugar, un viejo gordo y barbón me observaba descaradamente y su hijito malhablado no dejaba de aventarse clavados en donde no debía, con lo cual me sentía bastante incomoda. Trate de ignorar a tan respetable gente y me metí a nadar cual sirenita en el mar…
Iba yo nadando de dorso, lenta y relajadamente, tratando de que el aguita calientita y los movimientos me sirvieran de terapia para mi cuellito en recuperación, cuando de pronto sentí un tremendo golpe en la cabeza, que me hundió un buen trecho bajo el agua.
Al subir a tomar aire, estaba muy mareada, vi al mendigo gordo delante de mi, con una sonrisota, mi cuello me dolía muchísimo y me puse las manos alrededor para sostenerlo, mientras pensaba: ¡¡¡no, otra vez no!!!
- viejo estúpido! Me lastimo el cuello!
Se le borro su coqueta sonrisa de la cara y nomás me pelaba los ojotes
Voltee lentamente hacia el otro lado de la alberca, donde estaba mi familia y le grite a mi tía,
ella al escucharme sonreía y me decía hola con su manita.
Chin! Cada vez mas mareada, seguí gritando mientras trataba de acercarme, al fin me hicieron caso cuando grite: me lastimaron el cuello!
Todos se acercaron a mi, hasta los que no conocía y me preguntaban: ¿Qué te paso?
- el viejo gordo de rojo me brinco en la cabeza!
Todos volteaban a verlo con enojo, una señora gritaba! Hablenlen a la ambulancia! Lastimaron a la niña! (chin! Primero me dicen mujer y ahora niña? Jovencita por favor! jiji)
Para salir de la alberca necesitaba subir unas escaleritas, pero no pude hacerlo, apenas me quitaba las manos del cuello y me dolía más, por lo que tuve que esperar casi una hora sumergida, en lo que llegaba la ambulancia del pueblo más cercano.
Al fin llegaron pero con la noticia de que como habían dicho que era una niña la del accidente, se trajeron un collarín pequeño, así que uno de los paramédicos me improviso un collarín con su playera y su cinto, me sacaron en brazos y me pusieron en la camilla de la ambulancia, no se que me dolía mas, el cuello o ir acostada en una vil tabla con la hebilla del cinto del paramedico enterrandose en mi nuca, viajando por un camino sin pavimentar atacado de piedras, hasta que llegamos a la carretera que llevaba al pueblo.
Ante la negativa de mi mama de que me atendieran en el hospital del pueblito aquel, me trasladaron hasta la ciudad, con otra hora y media de camino, sobre la misma tabla.
Al llegar me aterrorice al escuchar que los médicos pedían exámenes preoperatorios,
-ahora si no me escapo de que me abran? Que me va a pasar? Me van a operar?
Como hacia tantas preguntas me pusieron a dormir, mientras iba cayendo escuchaba sus comentarios:
-es la segunda vez que se lastima el cuello, la vez pasada fue un esguince de 3er grado por una volcadura…
Había un 50% de probabilidades de que la operación saliera bien… ya sin poder hacer mas preguntas, me dormí…
Al despertar unos segundos antes de agarrar la onda, pensé que lo había soñado, pero no ¡era real! Me había pasado a mi, de nuevo!
Pobre Crispurita con su época salada, lo bueno es que ni me operaron ni nada, tuve que pasar de nuevo por la recuperación y las terapias pero aquí sigo! Y después de que los doctores me dijeron que el dolor no se me quitaría por completo y la fregada… téngalele que fui con un sensei de “El Paso” y que me cura con “Reiki”!
Hoy Crispurita esta perfectamente bien de su cuellito y no quedo chueca ni nada como ella temía, nomás un tiempo estuvo de paranoica e hipocondriaca, pero eso ya paso y es otra historia…
Un día, pensaron que sería buena idea llevarme a las aguas termales de “ojo caliente” y de una vez divertirse en el balneario y los toboganes. Yo no tenía ganas de ir pero me insistieron tanto que accedí.
Llegamos al lugar, un viejo gordo y barbón me observaba descaradamente y su hijito malhablado no dejaba de aventarse clavados en donde no debía, con lo cual me sentía bastante incomoda. Trate de ignorar a tan respetable gente y me metí a nadar cual sirenita en el mar…
Iba yo nadando de dorso, lenta y relajadamente, tratando de que el aguita calientita y los movimientos me sirvieran de terapia para mi cuellito en recuperación, cuando de pronto sentí un tremendo golpe en la cabeza, que me hundió un buen trecho bajo el agua.
Al subir a tomar aire, estaba muy mareada, vi al mendigo gordo delante de mi, con una sonrisota, mi cuello me dolía muchísimo y me puse las manos alrededor para sostenerlo, mientras pensaba: ¡¡¡no, otra vez no!!!
- viejo estúpido! Me lastimo el cuello!
Se le borro su coqueta sonrisa de la cara y nomás me pelaba los ojotes
Voltee lentamente hacia el otro lado de la alberca, donde estaba mi familia y le grite a mi tía,
ella al escucharme sonreía y me decía hola con su manita.
Chin! Cada vez mas mareada, seguí gritando mientras trataba de acercarme, al fin me hicieron caso cuando grite: me lastimaron el cuello!
Todos se acercaron a mi, hasta los que no conocía y me preguntaban: ¿Qué te paso?
- el viejo gordo de rojo me brinco en la cabeza!
Todos volteaban a verlo con enojo, una señora gritaba! Hablenlen a la ambulancia! Lastimaron a la niña! (chin! Primero me dicen mujer y ahora niña? Jovencita por favor! jiji)
Para salir de la alberca necesitaba subir unas escaleritas, pero no pude hacerlo, apenas me quitaba las manos del cuello y me dolía más, por lo que tuve que esperar casi una hora sumergida, en lo que llegaba la ambulancia del pueblo más cercano.
Al fin llegaron pero con la noticia de que como habían dicho que era una niña la del accidente, se trajeron un collarín pequeño, así que uno de los paramédicos me improviso un collarín con su playera y su cinto, me sacaron en brazos y me pusieron en la camilla de la ambulancia, no se que me dolía mas, el cuello o ir acostada en una vil tabla con la hebilla del cinto del paramedico enterrandose en mi nuca, viajando por un camino sin pavimentar atacado de piedras, hasta que llegamos a la carretera que llevaba al pueblo.
Ante la negativa de mi mama de que me atendieran en el hospital del pueblito aquel, me trasladaron hasta la ciudad, con otra hora y media de camino, sobre la misma tabla.
Al llegar me aterrorice al escuchar que los médicos pedían exámenes preoperatorios,
-ahora si no me escapo de que me abran? Que me va a pasar? Me van a operar?
Como hacia tantas preguntas me pusieron a dormir, mientras iba cayendo escuchaba sus comentarios:
-es la segunda vez que se lastima el cuello, la vez pasada fue un esguince de 3er grado por una volcadura…
Había un 50% de probabilidades de que la operación saliera bien… ya sin poder hacer mas preguntas, me dormí…
Al despertar unos segundos antes de agarrar la onda, pensé que lo había soñado, pero no ¡era real! Me había pasado a mi, de nuevo!
Pobre Crispurita con su época salada, lo bueno es que ni me operaron ni nada, tuve que pasar de nuevo por la recuperación y las terapias pero aquí sigo! Y después de que los doctores me dijeron que el dolor no se me quitaría por completo y la fregada… téngalele que fui con un sensei de “El Paso” y que me cura con “Reiki”!
Hoy Crispurita esta perfectamente bien de su cuellito y no quedo chueca ni nada como ella temía, nomás un tiempo estuvo de paranoica e hipocondriaca, pero eso ya paso y es otra historia…
5 Comments:
Eso de vivir en el "norti", es muy peligroso...
¡Vamos!, que te puedo decir si aquí casi todos vivimos encerrados, amurallados y entre discretos retenes...
¡Me dá mucho gusto que estés recuperada!
¡Buena semana para tí!
Memo.
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tiny_toon1, at 2:56 p.m.
No cabe duda que las volcaduras no son peligrosas...
son los GORDOS!!!
hay que deshacernos de ellos...
saludos!! que te mejores de tu cuello
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Yzakramirez, at 9:45 a.m.
Si es bastante peligroso por acá Memo, sobre todo con los gordos como dice Yzak jajaja.
Pero dejándola de broma, todavía siento miedo al nadar en una alberca y si hay un gordo cerca, mejor ni me meto.
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Crispurita, at 11:51 a.m.
Argg, que dolor =S
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Anónimo, at 6:12 p.m.
oye, crees que el Reiki tenga aplicación para los comedores compulsivos? :| jeje! saludos!
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webita, at 11:35 a.m.
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